lunes, noviembre 30, 2009

Deriva

Cuando los caminos no son ya trechos seguros
y se vuelven senderos
habría que preguntarse
por qué la luna ya no es como el faro
sino como la gran roca caída en hombros de Sísifo

o por qué existen momentos
en que los momentos se quiebran
y no son más que el silencio
entre una nota y la siguiente

o por qué la imposibilidad de hallar palabras
que al pronunciarse les fuera suficiente
con adherirse al firmamento
en lugar de marcharse como niñas caprichosas del brazo del tiempo.

Cuando los caminos no son ya trechos seguros
y se vuelven senderos
habría que preguntarse

si el suelo bajo nuestros pies es de arena o de ceniza

si el horizonte es de fuego o el sol arde demasiado

si aquello es porque es o tu mirada está rota

si el dolor del primer amor es lo único que permanece.

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