miércoles, agosto 27, 2008

Sobre una distopia del libro (Panel 2 - "Los editores frente al mundo de la impresión")

Nota crítica sobre el foro académico El libro como medio de cultura, organizado por el Instituto de Estudios Sociales y Culturales - Pensar de la Pontificia Univesidad Javeriana y la Fundación Javeriana de Artes Gráficas - JAVEGRAF en la conmemoración de sus 15 años de actividad gráfica, y llevado a cabo el jueves 22 de agosto del presente año.

El auge del oficio del editor ha venido desplazando al del impresor, rol que tras la invención de la impresión mecánica y la impresión con tipos movibles (sistema que usa componentes movibles para reproducir los elementos de un documento, usualmente letras individuales o puntuación) cobró una rotunda relevancia en su época; de ser un objeto cuya única adquisición son las gentes adineradas, el libro pasa a ser un objeto de producción masiva, para luego convertirse en objeto de entretenimiento o de ‘decorado’, y es el editor quien se ha encargado de lo último. En Colombia se tiene por mala costumbre confundir ambas figuras –impresor y editor– fenómeno que podría no significar mucho si no desembocara en el embrollo de la presencia de editores, distribuidores e impresores en importantes eventos como la Feria del Libro –a diferencia de la centrada organización en la Feria del Libro de Guadalajara–, o en las estadísticas creyendo a las impresoras que terminan por denominarse a sí mismas como editoriales, o en el constante disminuido número de casas editoriales ‘fuertes’. La significancia de los roles de editoriales e impresoras hace que entre éstas deba existir una conexión dialógica.

Sin embargo, hoy en día, la crisis en la que se ha visto envuelto el oficio del editor es de considerable consideración: los libros en formato digital se han instaurado como una revolución consumista del libro. En la conferencia El libro como medio de cultura, el coordinador Nicolás Morales Thomas (director editorial de la Editorial Pontificia Universidad Javeriana) junto a los panelistas José Antonio Carbonell (Convenio Andrés Bello), Juan David Giraldo (Villegas Editores), Juan Pablo Fajardo (La Silueta Editores) y Andrés Fresneda (La Silueta Editores) reflexionaron sobre este fenómeno. Sus apreciaciones giraron alrededor de la concepción digital como una mezcla de novedad y tradición; el libro físico y el PDF (Portable Document Format por sus siglas en inglés) conforman experiencias distintas, dado que la dinámica del último le otorga al fenómeno la ‘vida’ de la que carece el primero.

Por otra parte, el libro digital no ha tenido el desarrollo esperado cosa que lo desliga de la producción masiva a pesar de estar inmerso en un mercado veloz. No obstante este incipiente desarrollo, un aspecto certero del libro digital es su latente capacidad de desplazar al libro físico como “centralidad de la cultura”; es decir, todas las manifestaciones de belleza que la historia ha hecho posible y que se concentran en el libro como experiencia multimedial se verán opacadas y rotas, lo cual es una lástima.

domingo, agosto 24, 2008

Escribí tu nombre

escribí tu nombre esta mañana
en una hoja en blanco

me detuve antes que el grafito acariciase su superficie
me demoré en los bordes
trazando con delicadeza sus finales

escribí tu nombre esta mañana
en una hoja en blanco

el sosiego llenó sus letras inabarcables
y trazó con un cincel remoto nuevamente
mi alegría

miércoles, agosto 20, 2008

martes, agosto 19, 2008

"Quien a falta de nombre crea otro como el mismo"

El miércoles 13 de agosto, presencié la exposición de fotografía A los invisibles de Consuelo Bautista. Al ingresar, el espectador puede no notar la importancia de lo que en las fotos se intenta "expresar"; sólo hasta que fije su mirada en el título de la obra y en el silencio que éste manifiesta podrá comprender. La foto que se aprecia a la izquierda la elegí por la fuerza poética que contiene y retiene en sí misma. Surge una primera pregunta sobre la figura octogonal que se yergue impaciente, y la respuesta inmediata que surgió fue con relación a alguna señal de tránsito; no conozco el árabe, pero tras relacionar un poco puede deducirse (y traducirse) fácilmente lo que indica: pare. La segunda pregunta se refiere al contraste entre el "mensaje" y el contexto, y en el medio, sobre aquello que "significa". Sin embargo, que una imagen de tal voluntad poética se vea obligada a 'decir algo', le quita gran parte de su encanto.

Palabras como incertidumbre, soledad, desasosiego, inherentes al desarraigo, lo terminan por traducir en el exilio: en la muerte de nuestros referentes. Consuelo Bautista traslada el efecto de la muerte como ruptura de la permanencia hacia el efecto de la fotografía como restauración de la misma, logrando que el tiempo disperso de la memoria converja en la cercana proximidad de la imagen.

All is full of love - Bjork

sábado, agosto 16, 2008

Poesía vertical 3

¿Por qué las hojas ocupan el lugar de las hojas
y no el que queda entre las hojas?
¿Por qué tu mirada ocupa el hueco que está delante de la razón
y no el que está detrás?
¿Por qué recuerdas que la luz se muere
y en cambio olvidas que también muere la sombra?
¿Por qué se afina el corazón del aire
hasta que la canción se vuelve otro vacío en el vacío?
¿Por qué no callas en el sitio exacto
donde morir es la presencia justa
suspendida del árbol de vivirse?
¿Por qué estas rayas donde el cuerpo cesa
y no otro cuerpo y otro cuerpo y otro?
¿Por qué esta curva del porqué y no el signo
de una recta sin fin y un punto encima?

-Roberto Juarroz-

lunes, agosto 04, 2008

"Missing someone gets easier every day because even though it's one day further from the last time you saw each other, it's one day closer to the next time you will"

-Peyton Sawyer-

domingo, agosto 03, 2008

El silencio más prolongado

Bajo el yugo de lo que no existe: de lo innombrable, de lo insalvable, de lo imposible... yace un trozo de lo que no me alcanzaron los ojos para ver; algún cuerpo inválido, slienciado y sólo levemente (sutilmente) erotizado, hundido, fundido en lo que no me alcanzaron los ojos para ver.

Cada fecha indica el transcurrir de algo, no sólo del tiempo. Tal vez, entre otras cosas, transcurra un suceso, el descubrimiento de una certeza, o de una ausencia. En este momento me percato de que un año más se ha cumplido, pero no estoy segura si deba celebrarlo. Sin embargo, escribir es una manera de celebrar. Ahora, ¿qué escribir?, ¿cómo escribir? Hoy son dos años de conocer a quien me mostró que no todo tiene que morir en un tiempo en el que quien progresa debe primero olvidar: la posibilidad de hacer perdurar lo que nace. Quien me hizo entender que es el misterio lo único que sostiene el mundo. Hoy, en este instante, es ese mismo misterio el que me une a la vida que dejaste atrás.

Describa la acción de lavarse las manos

1. (Por favor no olvide olvidarse de emplear metáforas, metonimias, analogías y demás licencias; asimismo no olvide olvidarse de cuán trágica es su estúpida vida o de cómo quedó el tapete luego de que usted soltara ese vulgar cuchillo de cocina)

Abro el grifo, dejando correr el agua algunos segundos. Meto las manos y las froto con firmeza -entre los dedos y las uñas, las palmas y el dorso- mojándolas totalmente; cojo el jabón que se encuentra a pocos centímetros a la izquierda del grifo, pesa un poco y se resbala, lo miro minuciosa y detenidamente, palpando toda la superficie en busca de cualquier rugosidad sospechosa o señal de contaminación, mientras dejo un momento que el agua caiga en abundancia le doy varias vueltas esperando a que la inmundicia emerja; se produce una leve espuma que dejo expandir -por entre los dedos y uñas, las palmas y el dorso- y cuando las burbujas han desaparecido, me froto las manos hasta enjabonarlas completas, para, una vez fuera de la corriente y ahora humedecidas y enjabonadas, continuarlas frotando durante al menos veinte segundos antes de enjuagar a profundidad y luego secar -entre los dedos y las uñas, las palmas y el dorso- con una toalla limpia o desechable. Luego de secarme, uso una toalla de papel para cerrar el grifo y abrir la puerta de salida.

2. (Ahora, elija un detalle de la descripción anterior y a su vez descríbalo, por favor no olvide seguir las mismas pautas)

Detalle: la fricción (un nombre ingenuamente se ha escrito con tinta negra en el dorso de la mano izquierda)

Mientras dejo un momento que el agua caiga en abundancia sobre el jabón, le doy varias vueltas esperando a que la inmundicia emerja; el agarre de la pinza ejerce tanta presión sobre su resbalosa superficie que me hace doler las articulaciones. Sosteniéndolo sobre el dorso de la mano izquierda comienzo a friccionar suavemente, primero hacia abajo, luego hacia arriba; la espuma, que dejo expandir por entre los dedos y uñas, las palmas y el dorso, se va oscureciendo y lo va manchando; en contacto con mi piel, uno de sus bordes se torna gris, y ésta se enrojece a medida que voy aumentando la velocidad y la violencia. El agua cae ya sucia sobre el mármol blanco de la cuneta y deja hilos negros que luego debo fregar con el jabón para quitar.

3. (Ahora metarforice el detalle anterior, es decir, remítalo a otro lugar ultilizando su silencio para construir lo que está ausente)

Siento un objeto curvo que se precipita, inundado por el fragor de un líquido helado; mis manos sólo yacen mudas y avergonzadas bajo el cielo derruido, y se limitan a temblar esperando una sacudida. Es entonces cuando las golpea una dureza hueca que comienza a arrastrarse sobre su dorso desnudo, de arriba abajo la fiereza del movimiento las rasguña, desollándose a sí misma en su insistencia.