domingo, agosto 03, 2008

El silencio más prolongado

Bajo el yugo de lo que no existe: de lo innombrable, de lo insalvable, de lo imposible... yace un trozo de lo que no me alcanzaron los ojos para ver; algún cuerpo inválido, slienciado y sólo levemente (sutilmente) erotizado, hundido, fundido en lo que no me alcanzaron los ojos para ver.

Cada fecha indica el transcurrir de algo, no sólo del tiempo. Tal vez, entre otras cosas, transcurra un suceso, el descubrimiento de una certeza, o de una ausencia. En este momento me percato de que un año más se ha cumplido, pero no estoy segura si deba celebrarlo. Sin embargo, escribir es una manera de celebrar. Ahora, ¿qué escribir?, ¿cómo escribir? Hoy son dos años de conocer a quien me mostró que no todo tiene que morir en un tiempo en el que quien progresa debe primero olvidar: la posibilidad de hacer perdurar lo que nace. Quien me hizo entender que es el misterio lo único que sostiene el mundo. Hoy, en este instante, es ese mismo misterio el que me une a la vida que dejaste atrás.

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